Luto nacional
Por Blanca Silva Quequi
A la edad de 85 años, falleció en esta ciudad el empresario y entrenador deportivo Javier Saavedra, quien fue sepultado ayer en el panteón “Jardines de Paz”, tras una rodada ciclista que lo acompañó por los sitios en los que se desarrolló su vida profesional y personal, en la que participaron decenas de los deportistas a los que entrenó durante su vida.
Don Javier Saavedra Peña, nació el 3 de diciembre de 1933 en la Ciudad de México. Su pasión por el ciclismo abarcó alrededor de 60 años comenzando en 1949 como ciclista con el equipo del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Para 1960 se convierte en el entrenador más joven de la historia del ciclismo mexicano con el equipo Necaxa, hacia 1964 se funda el equipo “Itala” que en 1967 logra obtener el campeonato de la “Vuelta de México”; de este mismo equipo, tres de los pupilos de Don Javier clasificaron para integrarse a la selección mexicana para defender los colores patrios en la Olimpiada de México 1968 con el apoyo de la Federación Mexicana de Ciclismo.
Posteriormente participaba como entrenador en la famosa y más importante competencia del país, la “Vuelta de México”, donde participaban excepcionales equipos internacionales y los corredores de Don Javier siempre obtenían excelentes resultados.
Apasionado del deporte del pedal siempre ayudó al más necesitado con la finalidad de convertirlos en excelentes deportistas y seres humanos.
Para los años 70 siguieron sus éxitos representando a México en competencias en otros países como Guatemala, Cuba, Costa Rica, Colombia y Venezuela.
Entrenó a un sinnúmero de ciclistas de todo México convirtiéndolos en seleccionados nacionales, llevándolos a competir contra profesionales en diferentes países sin que nadie pudiera derrotarlos.
En 1984 se establece en Cancún retomando su labor como entrenador y promotor impulsando el ciclismo nacional, dirigiendo a muchachos quintanarroenses con resultados excepcionales venciendo a múltiples equipos de todo el país y extranjeros.
Todo esto siempre lo hizo sin fines de lucro patrocinando a corredores o sus equipos generalmente de su propio bolsillo; fue un hombre sano, siempre dio el buen ejemplo, no fumaba ni bebía alcohol siempre con el afán de influenciar a la juventud para que tuviera una formación sana y exitosa que les sirviera para el resto de sus vidas, lo cual ha sido expresado por sus ciclistas de distintas épocas que no dejaron de visitar y contactar a la familia Saavedra Muñoz para ofrecer sus condolencias y expresar el agradecimiento que le tienen a su estimado amigo y querido entrenador.
Fue un excelente esposo y padre de seis hijos, y además uno de los mejores joyeros de su época en la Ciudad de México y en Cancún.
Fundó la Joyería “Bilin Bilin” bien conocida por los cancunenses, completando sus tres pasiones; Su familia, el ciclismo y la joyería.
Durante la mañana de ayer, alrededor de 50 ciclistas formaron parte del cortejo fúnebre desde la funeraria hasta el cementerio.
Descanse en paz el querido Javier Saavedra Peña.