EL BESTIARIO Santiago J. Santamaría
¡Mariano Rajoy váyase, acorte esta agonía!
El PP cobró un ‘impuesto revolucionario’ a los empresarios con el ‘placet’ del presidente de España…
El juicio central del caso Gürtel, la trama de corrupción política más extensa y profunda de la historia democrática española, y la pesadilla recurrente del Partido Popular durante la última década, ya tiene sentencia. La Audiencia Nacional ha condenado a 51 años al empresario Francisco Correa, como director de la red corrupta que anidó en el PP nacional durante el aznarismo y que trasladó su actividad a la Comunidad Valenciana, tras la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del partido. El fallo considera probada la existencia de una caja “B” en el Partido Popular, que será juzgada en una causa aparte, y que entre esta formación y las empresas de Correa, “se tejió” un “auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional”. Los años de cárcel, afectan a 29 de los 37 acusados. El director del periódico online “El Español”, Pedro J. Ramírez, exigió a Mariano Rajoy que dimita, acusándole de recibir 300 mil euros y otras gratificaciones del que fuera su tesorero en el partido, Luis Bárcenas: “¡Váyase señor Rajoy, acorte esta agonía!”.
Pedro J. Ramírez,provocó desde otro matutino impreso “El Mundo”, líder en ventas durante la transición democrática, junto a “El País”, la caída del expresidente socialista, Felipe González, y el encarcelamiento de varios de sus ministros, por su vinculación a los GAL, organización que asesinó en España y Francia a decenas de militantes y simpatizantes de ETA, en la década de los ochenta.Los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), fueron agrupaciones parapoliciales que practicaron lo que se ha denominado terrorismo de Estado o “guerra sucia”, contra la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y su entorno. Estuvieron activos entre 1983 y 1987, durante los primeros años de los gobiernos de Felipe González.
Tras esta primera sentencia, donde se acredita que el conservador Partido Popular ha estado en los últimos años financiando ilegalmente y extorsionando a los empresarios españoles, cuando participaban en concursos públicos. Las firmas sumaban a sus costes estos “impuestos revolucionarios” permitidos por Mariano Rajoy, repercutiendo sobre el precio de los productos y al final sobre el bolsillo de millones de ciudadanos, que pagaron y siguen pagando las corruptelas “marianas”. El PP compitió “dopado” en las últimas elecciones con dinero ilegal. El todavía presidente negó una y otra vez que el PP tuviera una contabilidad alterna, y se manejara dinero negro en sobresueldos. Mintió a los españoles. Él mismo recibió cientos de miles de euros de su “hombre de confianza”, Luis Bárcenas. Todos recordamos el mensaje que envió Mariano a su “socio”, cuando éste fue detenido e ingresado en prisión: Luis sé fuerte, mañana te llamaré. Como es ya habitual, Bárcenas, enfermó en la cárcel. No sabemos más si ejerció de “incontable”.
El director de cine, Santiago Segura, en su quinta película de la saga de “Torrente, el brazo tonto de la ley”, hace alusión a Luis Bárcenas, cuando José Luis Torrente prepara, junto a otros “colegas”, un atraco a unos casinos situados en “Eurovegas”, muy cerca de Madrid. Horas antes había salido de la cárcel. La acción se sitúa en la España del 2018, con una hipotética Cataluña independizada, un Atlético de Madrid sin el histórico estadio “Vicente Calderón”, y una estatua del cantante José Luis Cantero Rada, más conocido por su nombre artístico “El Fary”, -“Es como el Frank Sinatra español”, recalca José Luis Torrente-, manchada con pintura roja: En la cárcel he compartido con Iñaki Urdangarín -esposo de la infanta Cristina y yerno cuñado de los reyes de España, Juan Carlos I y Felipe VI- jugando al balonmano. El tipo es muy majo. En el patio venía a veces, Luis Bárcenas. El cabrón de él no hacía más que robarnos los balones.
El 26 de junio del 2016, se celebraron las últimas elecciones generales en España, estando previstas las próximas en el 2020. Mariano Rajoy debe dimitir de inmediato, tras conocerse esta primera sentencia, quedando su “credibilidad en entredicho”, como se recoge en el propio fallo judicial. Las penas de 351 años de cárcel, no sólo afectan a hombres, sino también a mujeres. Entre ellos están los protagonistas que han copado portadas desde que estalló el caso, como Luis Bárcenas o Francisco Correa. Pero también sus parejas y exparejas, que intentaron acreditar que no sabían nada de los negocios de estos. Esa justificación, dice la Audiencia Nacional de España en su sentencia, relega a “poco más que un simple objeto” y no la aceptan.
Hace 15 años, fue considerada la boda de una infanta, aunque quien se casó no era la hija de un rey, sino de un presidente del Gobierno. El fastuoso enlace de Ana Aznar Botella (35 años), hija de José María Aznar (64) y Ana Botella (64), con el empresario Alejandro Agag (46), pasará también a los anales de la historia como la boda de la maldición de“El Escorial”, la que trajo consigo la desgracia política, sentimental o incluso vital para muchos de los más de mil invitados a la ceremonia. Como si de “Diez Negritos” de Agatha Christie se tratara -la popular novela en la que uno a uno, los 10 invitados a una mansión, implicados en muertes de otras personas en el pasado, terminan desapareciendo-, algunos de los invitados a la espléndida ceremonia nupcial también acabaron retirándose de la vida pública, entrando en prisión o incluso falleciendo.Entre los ilustres asistentes se encontraban políticos de medio mundo, reyes, ministros e importantes empresarios. El despliegue en cuestiones de seguridad y prensa estuvo a la altura del enorme dispendio: 90 medios de comunicación, 400 periodistas y 200 coches oficiales son algunas de las cifras del enlace, aderezadas con casi 32 mil 500 euros procedentes de las arcas de la trama Gürtel, que vinieron a sufragar parte del ostentoso evento. Hace 15 años todo era felicidad, tanto para los novios como para sus familias y, por supuesto, para aquellos privilegiados invitados.
La lentitud de la justicia se entromete en la agonía de Rajoy, como el agua de antiguas tormentas, de forma que los aliados del presidente han decidido matar al padre Aznar. No ya como referencia atmosférica de las antiguas corruptelas y como fusible de los escándalos que se avecinan, sino porque se ha erigido en adulador y protector de Albert Rivera, ungiéndolo en la intimidad como campeón del liberalismo y del patriotismo. Estremece la paradoja: Aznar elude su responsabilidad en la época más nauseabunda del PP y aspira a convertirse en evangelista de la victoria de Ciudadanos.