Se cumple un año de la tragedia

Por Luis García

PLAYA DEL CARMEN

Cientos de asistentes, a media luz, cuerpo con cuerpo, bailaban con frenesí al ritmo del dj Technasia, la clausura de la décima edición del festival internacional de música electrónica BPM en Playa del Carmen, en una de sus más emblemáticas sedes: El Blue Parrot.

Pasaban unos minutos de las 02:00 horas de la madrugada del 16 de enero del 2017.

Debajo de los adornos de papel que ondeaban con la brisa caribeña, los amantes de este género, la gran mayoría extranjeros, coronaban una semana de fiesta cuando comenzó el terror.

En medio de la penumbra, el sonido de detonaciones de armas de fuego obligaron a los presentes a agacharse, confundidos, porque los gritos comenzaron a eclipsar la música, hasta que el dj abandonó las consolas.

Se encendieron unos reflectores y poco a poco, en medio del pánico, quienes estaban en el Blue Parrot comenzaron a comprender lo que ocurría: estaban siendo víctimas de un ataque armado.

El saldo, cinco personas muertas en el lugar de los hechos: un colombiano, un italiano, dos canadienses y una turista, que presuntamente había muerto por la estampida que sucedió al caos y la confusión, el resto asesinados por arma de fuego.

Días después, durante la madrugada del 23 de enero, en la cama del hospital general de Cancún, un joven mexicano de 30 años de edad, se convertía en la sexta víctima de esta masacre sin precedentes en Playa del Carmen, tras perder la batalla contra la muerte por un balazo que había recibido en un ojo.

 

SE ADJUDICAN AUTORÍA

A poco más de 24 horas, en un sector de la colonia Ejidal, apareció en tatuado con tinta negra, el siguiente narcomensaje “Esta es una muestra de que ya estamos aquí, fue por no alinearte Phillip BPM, es el inicio, vamos a cortar las cabezas de golfos, pelones y chapulines. El fayo Z vieja escuela”.

Atroz amenaza que se cumplió, porque Playa del Carmen vivió el más violento año en toda su historia, que dejó como resultado 59 personas ejecutadas, en esta disputa por la plaza; encarnizada batalla que se libró incluso en la más famosa avenida de este destino vacacional: la 5ª.

 

LA VERSIÓN DE LA FISCALÍA

En conferencia de prensa, leyendo un “guión” con los reportes preliminares plagado de imprecisiones y con versiones que en momentos parecían contradictorias, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) Miguel Ángel Pech Cen, tras la matanza en el Blue Parrot señalaba que había sido solamente un sicario el que realizó el ataque, la madrugada de hace un año.

“Según mecánica de hechos, encontramos que una persona entró con arma de fuego y otra intentó enfrentarlo en cuanto sacaron las armas y entre estas personas se comenzaron a disparar”.

De acuerdo con el fiscal, este gatillero habría huido de la principal zona turística de la Riviera Maya, en complicidad con un taxista, eludiendo a los uniformados de la Policía Municipal como en un acto de escapismo.

“Tenemos informes de que usaron un servicio de taxi en el lugar, estamos checando las cámaras de seguridad de la zona”.

A un año de que se registrara la masacre, Pech Cen continúa tratando de encubrir la ineficacia de la Fiscalía (no sólo en este, sino en los 59 casos de ejecución del 2017) endilgando la responsabilidad al gobierno federal.

“Las investigaciones están estancadas porque el gobierno federal no ha entregado a la Fiscalía un software que contiene valiosa información que ayudaría a esclarecer los hechos”.

 

LAS AFECTACIONES

Además del warning preventivo que lanzó el gobierno británico tras el caso Blue Parrot-BPM, de acuerdo con Oliver Bompay, productor musical, los productores de los grandes eventos musicales se espantaron y “ha sido difícil recuperar esta confianza de los inversionistas para realizar eventos de esta naturaleza” y lamentó que además del Blue Parrot otros bares también hayan cerrado sus puertas por la inseguridad en la zona centro, motivo por el cual ahora los nuevos eventos que poco a poco regresan a Playa del Carmen buscan sedes alternas, más lejanas de la zona turística.

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