Sufren en isla por las inundaciones
Por Luis Roel Itzá > Quequi
Cerca de 20 calles tuvieron que ser cerradas a la circulación, con la finalidad de proteger las pertenencias de los cozumeleños ante las inundaciones que se presentaron por la gran cantidad de agua por el paso de la tormenta tropical “Franklin”; no fue necesario la apertura de albergues, ni hubo evacuaciones, barcos de pasajeros operaron normal, pero los de carga fueron suspendidos.
Las calles se inundaran por algunos minutos, mientras que los pozos y red de drenaje pluvial hacían su labor, por lo que muchos habitantes decidieron solicitar autorización de Protección Civil para cerrar las arterias y evitar el paso de los vehículos que generaran olas, ocasionando que el agua se metiera hasta sus viviendas, dañando sus muebles.
El agua alcanzó hasta el medio metro de profundidad en algunas colonias bajas, pero en cuestión de dos horas bajó el nivel y se permitía que la circulación vehicular fuera normal.
Sobre la actividad económica de la isla, los barcos de pasajeros operaron de manera normal, el de carga suspendió desde el lunes por la tarde y es probable que hasta el mediodía de este miércoles reanude, dependiendo de las condiciones climáticas; el transporte de taxis, colectivos y urbanos se suspendió por las inundaciones y porque algunas calles fueron cerradas, complicando las rutas del transporte público.
El crucero Carnival Breeze canceló su arribo al destino, mientras que el Carnival Paradise arribó sin problemas desde las 9:00 de la mañana; aunque al principio hubo algunos problemas con la recolecta de la basura, la empresa concesionaria puso vehículos de más para aligerar el servicio y evitar que la basura llegue a los pozos de absorción y drenaje.
Por otra parte, una gran cantidad de nidos de tortuga se lavaron y se perdieron, debido a que no se hizo el trabajo de protección necesario para evitar que el mar se los «comiera»; incluso, hasta el mediodía de ayer no se observó que hubiera una sola persona realizando un recorrido de verificación para saber si había algún nido por rescatar o cuántos se habían perdido por estar cerca de donde rompen las olas.