La jiribilla Jorge González Durán

Elección bajo alerta roja

 

Hoy, si no sucede alguna “causa mayor”, los Magistrados elegirán al nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia. Será una elección bajo la alerta roja del ciclón “Franklin”, que esperemos no impacte mucho al sur del estado. De todos, modos, el gobierno ha tomado las debidas previsiones.

 

La elección del nuevo titular del Poder Judicial es una decisión que, al día de hoy, ya está debidamente consensada y será lo mejor para la impartición de justicia de la entidad. La decisión es de la exclusiva incumbencia de los Magistrados, sin ninguna injerencia externa. No ha sido fácil llegar a los consensos porque la libertad de elegir es una práctica que no es común. Pero la responsabilidad se ha impuesto. Responsabilidad y compromiso con la sociedad quintanarroense.

 

Sí hubo factores externos que quisieron intervenir sembrando confusión y tratando de llevar agua a su molino. Pero la guerrita de las descalificaciones fue desactivada por la buena fe con que los demás poderes actuaron en este caso.

 

En la decisión de hoy, no se mira hacia atrás, sino que se pone la vista hacia el futuro. No se trata de un coto de poder, como algunos intereses lo quisieron ver, sino de la posibilidad de que la sociedad tenga la impartición de justicia que merece y demanda.

 

No se trata de tener un poder judicial sometido o a modo, sino de tener un equilibrio de poderes, con colaboración institucional, como funciona en las democracias modernas. No se trata de simular, sino de actuar con transparencia; no se trata de tener poder enfrentados, sino coordinados hacia un fin superior: el de Quintana Roo.

 

El gobernador dijo, que no iba a meter las manos en el proceso de elección, y lo ha cumplido a cabalidad. Han sido los Magistrados, sin influencias externas, como malévolamente dijeron algunas voces, los que van a decidir hoy. Los consensos ya están. La mayoría de los integrantes del Tribunal Superior de Justicia desoyeron los cantos de sirena y pusieron su sentido de responsabilidad con el Estado.

 

Las facciones y los intereses facciosos son negativos. Y se hicieron a un lado. El nuevo presidente del Tribunal no será elegido por unanimidad, pero sí por una mayoría calificada. De todos modos, al final de cuentas no habrá perdedores. Todos deberán ganar en un proceso que se ha realizado al margen de los intereses facciosos que quisieron, desde fuera, manipular e incluso confundir. Pero ha prevalecido el compromiso con Quintana Roo. Nada más.

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