Evidenció niño el despilfarro de Arcila y diputados

Por Mario Morales Cruces >Quequi

De calurosos aplausos, los integrantes de la XV Legislatura del Congreso del Estado pasaron a un incómodo silencio a medida que el pequeño Ángel Jacinto Noh Tun, avanzaba en su discurso, que evidenciaba su aparenten complicidad con el sistema de corrupción, por su inacción y sus privilegios, contrastante con la gran miseria que viven centenares de miles de quintanarroenses.

Este pequeño de 12 años era muestra viviente de esta ofensiva desigualdad. Proveniente de un pueblo sumido en el rezago, habita con sus padres y seis hermanos en una choza de palos, con suelo de tierra. Su padre, apicultor, no cuenta con ingresos fijos y “se emplea en lo que haya”.

Muy diferente de la situación del presidente de la Gran Comisión del Congreso, Eduardo Martínez Arcila, quien no sólo cuenta con un oneroso salario de 80 mil pesos mensuales, más 20 mil de apoyo de gasolina, sino que supervisa un presupuesto de 435 millones de pesos, que maneja en total opacidad; con vehículos, vivienda y un pequeño ejército de asesores, pagados por el pueblo, sin saberse a ciencia cierta en qué montos.

Los 17 “asesores” que engrosan la nómina del Congreso cobran 1.2 millones de pesos y son sólo una fracción de los 500 empleados con los que cuenta el Poder Legislativo, sin justificación alguna.

Mientras otros poderes y niveles de gobierno transitan hacia la transparencia, los diputados locales se obstinan en evitar la rendición de cuentas, con el fin de mantener su actual derroche, como lo demuestre el pago de 4.2 millones de pesos en la instalación de unas pantallas, un circuito cerrado de video y un software de votación.

“Hoy en nuestros días políticos y gobernantes hacen hasta lo imposible para conservar sus privilegios, sin importar la miseria por las que estamos pasando los pueblos en México”, aseveró con certeza el pequeño Ángel Jacinto durante su discurso, preparado luego de revisar periódicos e internet y ver, según sus palabras, que “todo es corrupción”.

Jacinto, que pronto debería regresar a su casa con techo de guano, donde se cuela hasta la más pequeña brisa, les reclamó a los legisladores, que rentan lujosas viviendas en la capital del estado y viajan en avión a sus distritos, que cuentan con escoltas, asistentes y choferes, su incoherencia al negarse a actuar en contra del exgobernador Roberto Borge Angulo, pese al millonario quebranto que perpetró contra las arcas del estado.

“Si alguno de los aquí presentes hubiera robado una gallina para alimentar a su familia, ya le hubieran dictado sentencia por 10 años de prisión; Borge  invade, vende, regala terrenos descomunales a familiares y amigos. ¿Y a él quién lo molesta?”. “Tú, diputada o diputada, ¿qué haces para no ponerlo tras las rejas?, ¿tienes miedo o ya te llegó al precio?”, añade.

En efecto, la única solicitud de juicio político interpuesta en contra del exmandatario permanece congelada, junto a otros 36 expedientes, a los que la Comisión de Justicia se niega a darles proceso, pese a que un juez ya dictó un plazo límite para atenderlos, mismo que ya venció.

Esta actitud es inexplicable por parte de unos diputados que entraron con la promesa de acabar con la corrupción y que ahora se dedican a amasar fortuna. Como dijera el diputado Juan Ortiz, expulsado de Morena por presuntamente vender su voto “¡Ya salimos de pobres!”.

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