Se revelan guardas de Grupo Maya
Por Raimon Rosado>Quequi
El incumplimiento en prestaciones, inadecuados implementos de trabajo, así como por el temor que les genera los presuntos nexos de la empresa para la que trabajan con el crimen organizado, ocasionó que más de 20 elementos de la empresa de seguridad Privada “Grupo Maya”, externaran su inconformidad a las afueras de sus oficinas con sede en estas ciudad, pues consideran que ponen en peligro su integridad a cambio de los bajos salarios que perciben.
Los señalamientos que implican presuntamente al “Grupo Maya”, con la organización criminal del Cártel de Jalisco Nueva Generación, así como sus orígenes quizá relacionados al fallecido director de Gobierno, Isaías Capeline y el exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge, provocaron que el temor, la incertidumbre y el descontento cundieran entre un grupo de agentes de seguridad de dicha empresa, quienes la mañana de ayer, se manifestaron a las afueras de las oficinas, ubicadas cerca de la delegación local de la PGR.
El grupo vigilantes privados, externaron su descontento, debido a que además de los oscuros vínculos con que se relaciona a la agencia para la que prestan sus servicios, a ellos no se les brindan los implementos adecuados que su labor como guardias de seguridad exige.
Pese a que a este grupo de vigilantes privados suele vérseles en el desempeño de sus labores, que según se ha observado incluyen funciones como “grupos de choque”, fuertemente armados, los quejosos aseguran que el equipo con que cuentan es insuficiente, inadecuado y en varios casos inoperante para varias de sus labores, por lo que afirmaron que su integridad se encuentra en riesgo.
Señalaron que además de ello, perciben salarios que no rebasan los 8 mil pesos mensuales, además de que no se les ha cumplido con incorporarlos al Seguro Social, como se les prometió cuando fueron contratados.
Por ello, los inconformes se entrevistaron vía telefónica, hasta su sede central en la Ciudad de México, con la representante jurídico del “Grupo Maya”, a quien únicamente identificaron como la licenciada Diana, quien de manera tajante les dijo que no existía posibilidad ni de aumentarles sus salarios e incorporarlos al IMSS a la brevedad exigida.
Por tal motivo, a los inconformes se les dio como únicas alternativas permanecer en sus puestos de trabajo con las condiciones existentes, o bien renunciar para que se les liquide como corresponde, lo que de manera individual sería determinado por cada uno de los guardias inconformes.