
Regalito de bienvenida a los militares
CANCÚN
Por Ramón Uresti Hernández > Quequi
No pasaron 36 horas desde la llegada de un contingente de 600 elementos del Ejército Mexicano y la delincuencia organizada ya volvió a atacar, al rafaguear un centro nocturno en pleno centro de la ciudad, con saldo de tres personas muertas y otras tres heridas, la mayoría taxistas.
La acción ocurrió en una de las principales intersecciones de Cancún, a una corta distancia de la entrada de la Zona Hotelera, donde hay patrullas estacionadas. Sin embargo, la intensa balacera se extendió por más de 10 minutos sin que autoridad alguna acudiera al lugar. De hecho, pasaría una media hora antes de que llegase un vehículo policiaco, para cuando los sicarios ya hacía mucho que habían huido con rumbo desconocido.
El hecho, el más sangriento en lo que va del año, ocurrido en Cancún, se lo atribuyó el Cártel Jalisco Nueva Generación, a través de una narcomanta, en la que afirma sin tapujos que vienen a arrebatar la “plaza”, actualmente disputada por el Cártel del Golfo, los Zetas y un grupo delictivo local.
El triple homicidio perpetrado por el comando armado ocurrió adentro y afuera del bar “Santino”, ubicado en la Avenida Cobá con Náder, en el carril de bajada de la entrada a la Zona Hotelera, donde dejaron el mensaje que dice textualmente: “Venimos por la plaza CJNG”.
En la escena del crimen, peritos recolectaron 20 casquillos de 9 milímetros y 32 casquillos de 7.62 mm (el calibre comúnmente usado por las AK-47 o “cuerno de chivo”). Adicionalmente, en el lugar yacía un cargador abastecido con 17 cartuchos útiles calibre 9 milímetros, mismo que estaba manchado de sangre.
INTOCABLES
Era poco después de las 5:15 de la madrugada, cuando el comando arribó a este “after” (bar que abre de madrugada y que cierra sus puertas hasta la tarde del otro día). De inmediato, abrieron fuego contra sus víctimas, presuntamente relacionadas con el crimen organizado.
Los estruendosos balazos continuaron ininterrumpidos por más de 10 minutos, sin que las autoridades intervinieran, existiendo para entonces el reporte en el teléfono de emergencias 911. Incluso, se dio el reporte que los pistoleros se fugaban por la Cobá, pasando la Yaxchilán hasta la avenida Tankah, pero nadie les dio persecución.
En esta importante confluencia, en días donde nada ocurre, no pasan 15 minutos sin que circule por el lugar alguna patrulla, como parte de sus recorridos de vigilancia. No obstante, pasaría media hora desde que se reportó el ataque hasta que hiciera su aparición el primer vehículo policiaco, solamente para constatar lo ocurrido y entrevistar a los testigos.
Los atemorizados ciudadanos comentaron que los sicarios se desplazaron en dos vehículos: un auto compacto y una camioneta.
MACABRO SALDO
En el lugar fue asegurado un taxi donde yacía el cuerpo de un taxista, asesinado de varios balazos en el pecho. De acuerdo a la identificación encontrada en su ropa, se trataba de J.D.M.O., de 49 años.
Dentro del bar murió otra persona, con disparos en la cabeza, al parecer un infortunado parroquiano de este centro nocturno. Vestido con pantalones de mezclilla y una camisa celeste, el cuerpo inerte todavía sostenía un vaso en su mano.
Un tercer sujeto fue sacado por paramédicos y trasladado a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada a escasos 20 metros de la escena del crimen. Sin embargo, Emmanuel Galileo C. D. al poco tiempo fallecería.
Otras dos personas, ambas taxistas, fueron heridas de bala, aunque permanecen estables. El primero es Jorge Alberto Z.C., de 29 años, operador de la unidad 7431 recibió tres impactos de bala Uno en la pierna izquierda y dos en el hombro derecho.
El otro es Felipe P.H., de 49 años, operador de la unidad 2859, quien recibió cuatro impactos de bala en la espalda, siendo auxiliado por paramédicos de una clínica privada.
Por último, hubo un tercer lesionado, una persona que recibió un cachazo en la cabeza, sin que ameritara ser ingresado a un hospital.
Hasta el momento se desconoce el móvil del ataque, aunque no se descarta un ajuste de cuenta entre delincuentes relacionados con el crimen organizado, así como el grupo delictivo de dicho ataque en el que fueron usadas armas largas. Refuerza esta teoría el amenazador mensaje dejado cerca del lugar: “Venimos por la plaza”.
A dos semanas del arranque del periodo vacacional de Semana Santa, las mermadas fuerzas federales y los recién arribados militares tienen una dura tarea por delante.