Ejecutan a ex esposa de socio de Granier

MÉRIDA, Yuc. (apro).- Emma Gabriela Molina Canto, la mujer que durante años desafió al sistema en su incesante afán por recuperar a sus hijos, raptados por su exesposo, el empresario tabasqueño Martín Alberto Medina Sonda, fue asesinada esta tarde por pistoleros a las puertas de su domicilio.

Molina Canto fue interceptada por sus asesinos cuando recién descendía de su auto y se disponía a entrar a su domicilio, ubicado en la calle 28 entre 35 y 39 del fraccionamiento San Luis, cerca de la Preparatoria No. 1 de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Aunque hasta el momento la Fiscalía General del Estado no ha emitido información en torno al caso, trascendió que los presuntos homicidas, quienes abandonaron la escena del crimen en un taxi ecológico, al parecer ya fueron aprehendidos.

Molina Canto estuvo casada con Medina Sonda, socio a su vez de José Manuel Saiz Pineda, quien fue tesorero del gobierno de Tabasco en el sexenio de Andrés Granier Melo, exgobernador actualmente preso.

En medio de una disputa legal que comenzó desde 2010 por la custodia de los tres hijos que procrearon, Medina Sonda raptó a los menores y, valiéndose de sus influencias, desató el acoso judicial contra Emma Gabriela y la madre de ésta, Ligia Teresita Canto Lugo, quienes fueron encarceladas por diferencias circunstancias.

Emma Gabriela fue detenida en dos ocasiones por presuntos delitos fiscales, y trasladada judicialmente a diferentes entidades del país, aparentemente para impedir que pudiera quedarse con la custodia de los niños.

El 25 de mayo de 2012 fue la primera vez que Emma Gabriela fue detenida por el delito de retención ilegal de bienes, debido a que usó un vehículo que no era de ella pero que su exexposo le había obsequiado años antes. El momento de la detención fue aprovechado por Medina Sonda para raptar a los niños, quienes viajaban con su madre.

Así inició su lucha contra el sistema para recuperar a sus hijos. El tiempo que estuvo ella presa, su madre continuó el peregrinar legal. Ambas encararon incluso al presidente Enrique Peña Nieto en demanda de justicia.

Presa su hija en un penal de Tabasco, Ligia denunció ante la Procuraduría del Menor, tanto en Mérida como en aquella entidad, la desaparición de sus nietos, pero fue hasta el 21 de agosto de 2014 cuando la Fiscalía General del Estado de Yucatán accedió a emitir una “prealerta” para la búsqueda y presentación de Mariana, Martín e Isabela Medina Molina, entonces de 10, 7 y 6 años de edad, respectivamente, en todo el país.

Días antes, la abuela fue detenida y trasladada por la Procuraduría General de la República a Guadalajara, Jalisco, acusada de falsificar tarjetas de crédito en aquella entidad, lo que provocó movilizaciones de activistas de derechos humanos por la fabricación de delitos en contra de la mujer.

(Proceso)

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