Se divierten los paisanos

Pese a que hay pocos cajones de estacionamiento hay una larga fila de autos. Otra gente se baja del transporte público con todo y neveras, cruza la avenida y empieza a gozar del fin de semana en playa “Las Perlas”, sin viento, ni banderas rojas y aunque es pequeño el espacio, todo es felicidad entre los bañistas. Aquí no hay bikinis ni cuerpos musculosos; hay shorts, camisetas mojadas, porque aquí descansan los trabajadores que mantienen a Cancún como líder turístico y sus familias. La duna costera se mantiene limpia gracias a que hay por todos lados un cesto donde colocar la basura.
Pertenece a las playas con Blue Flags y ya cuentan con baños y regaderas, para las cuales hay fila también. Unos pequeños ya construyeron su castillo, mientras una familia llega al lugar con todo y mesa con sillas para cambiar de comedor por un día. Los adultos mayores prefirieron llevar sus hamacas y dedicarse al descanso. Todos en el mar llevan puesta su camiseta con ese eterno tabú de enseñar el cuerpo con todo y los kilos de más. Las “chelas” de a litro y en lata van pasando de mano en mano. La comida varía: van desde las donas con azúcar, hasta los clásicos sándwiches de jamón, pasando por las tortas y baguetes hechas en casa. A diferencia del año pasado no hay sargazo y algunos jóvenes se untan bronceador. La clase trabajadora también se toma las famosas selfies afuera y dentro del mar. Aquí conviven las generaciones que llegaron hace décadas a Cancún y sus familias que los visitan cuando se puede. Mientras, a 100 metros los automovilistas esperan pacientes que haya un cajón libre de estacionamiento y crean un mini tráfico en la Zona Hotelera.  (Por Javier Chumacero › Quequi)

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