17 mil menores, con la infancia robada

CANCÚN. Ante la extrema necesidad económica que sufren humildes familias locales o por quienes arriban a la ciudad de otros estados, hacen que el trabajo infantil y adolescente  mantenga importante vigencia, al existir un estimado de 17 mil menores de edad que laboran, en su mayoría de manera informal, como vendedores de golosinas, limpiabotas, franeleros, malabaristas, recolectando chatarra, ayudantes de albañilería, en talleres mecánicos o de herrería, en tianguis o como empacadores y cargadores en supermercados.

Hoy, al ser el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, es imposible pasar por alto los pequeños que trabajan por un mínimo ingreso en las inmediaciones de El Crucero, en las avenidas Tulum y Yaxchilán, en el Mercado 23 o en el área de discotecas de la Zona Hotelera, a menudo hasta altas horas de la noche.

De estos niños que laboran en el municipio, 55% vive con sus dos padres, el 25% sólo con su madre y el 20% con algún otro familiar (tíos, hermanos o abuelos principalmente). La mayoría, el 64%, trabaja para apoyar la economía de sus hogares, mientras que el 36% lo hace para su propio sustento.

 

SIN ERRADICARSE

Enoel Pérez Cortés, delegado de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), reconoce que Benito Juárez es el municipio que contiene la mayor parte de los menores trabajadores del estado, cuya tasa “no ha podido reducirse conforme a lo deseado”.

A nivel estatal, el sector servicios emplea a 23 mil 28 menores, mientras que otros 4 mil 882 se desempeñan en labores de agricultura y 3 mil 768 en otras actividades económicas, con sueldos que oscilan en dos salarios mínimos, que en el sector informal equivalen a ganancias de entre 200 y 500 pesos diarios.

Esta aparente estabilidad económica tiene por lo regular un trasfondo de vulnerabilidad hacia los niños, quienes suelen ser objeto de diversos tipos de explotación o vejaciones, advirtió el funcionario federal.

Por Raimon Rosado > Quequi

 

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